miércoles, 16 de junio de 2010
LA MASACRE DE SOWETO
16 de junio. El gobierno de Sudáfrica acaba de anunciar que los chicos y jóvenes negros deberán estudiar en afrikaans, la lengua del blanco, del opresor. Es 1976 y los adolescentes estallan. No resisten más. El país lleva casi 30 años años bajo el yugo del Apartheid y deciden revelarse. Organizan una marcha en contra de la medida y se unen frente a la Orlando West High School, en Soweto. La Policía dispersa a los casi 20 mil alumnos a balazos y Héctor Pierterson, un chico de 13 años, cae muerto en brazos de su compañero Mbuyisa Makhubu. Su imagen da la vuelta al mundo y cuando mañana se cumplan 34 años de aquella masacre, Sudáfrica vive un feriado nacional que conmueve en medio del Mundial: es el Día de la Juventud o Youth Day.
Un año antes de la masacre, mientras Sudáfrica vislumbraba una creciente recesión, el gobierno invertía 644 rans por año en la educación de un niño blanco, contra 42 rans para un chiquito negro. A eso había que sumarle que faltaban escuelas, recursos y maestros, y que los pocos que había no hablaban afrikaans. Sin embargo, la cantidad de alumnos que estudiaba iba en aumento: casi se triplicó de 1972 a 1976. En las aulas nacía una generación letrada y politizada, sobre todo en los grados superiores.
Los docentes sudafricanos negros se negaron a enseñar en afrikaans, la lengua del dominador. El diario The New World escribió: "Nuestros padres está preparados para sufrir bajo las reglas del hombre blanco. Ellos han vivido durante años bajo estas leyes y se han vuelto inmunes a ellas. Pero nosotros nos negamos fuertemente a tragarnos una educación que está diseñada para convertirnos en esclavos en el país en el que hemos nacido". Una nueva generación hacía escuchar su voz de oposición al Apartheid.
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