No olvidamos. Justicia para las víctimas del incendio", decía una leyenda sobre las paredes del ex taller textil clandestino de Luis Viale 1269, en la ciudad de Buenos Aires. Al cumplirse cuatro años del fatídico incendio, los pedidos de justicia por sus víctimas continúan en vigor. El trabajo esclavo, un fenómeno actual que es imprescindible erradicar, se sucede permanentemente, y la necesidad de combatirlo requiere el compromiso y la concientización de todas las instancias estatales y sociales. Esta es la única manera de superar fallos lamentables, como el del juzgado federal a cargo del juez Oyarbide, que sobreseyó a los dueños acusados de estos delitos argumentando que había que entender a los explotadores porque "las costumbres y pautas culturales de los pueblos originarios del altiplano boliviano, de donde proviene la mayoría", admiten esa forma de vida.
La vigencia universal de los derechos humanos nos debe ahorrar el padecimiento de esta dudosa clase de relativismo cultural.
La Asamblea de 1813 se pronunció contra la tortura y el tráfico de personas y en favor de la libertad de los hijos de las esclavas. La Constitución de 1853 sostuvo esas premisas y la reforma de 1994 consolidó con fuerza el compromiso con los derechos humanos.
Sin embargo, aún persisten prácticas condenables que someten a personas a situaciones de cuasi esclavitud. La reducción a servidumbre y el tráfico de personas, especialmente de mujeres menores de edad, son prácticas de explotación que irrumpen doscientos años después de Mayo. El trabajo esclavo es un flagelo que se hace imprescindible combatir.
En el incendio mencionado de Luis Viale 1269, cinco de los seis muertos eran niños. Vivían encerrados junto con otras 50 personas en una propiedad en la que funcionaba un depósito de telas. Las conexiones eléctricas eran tan precarias como todo lo que allí existía. El terrible episodio generó una reformulación de las políticas institucionales en todo el país.
Son más de cien las empresas que han sido denunciadas y también las clausuras que se han producido desde aquel incendio.
A pesar del esfuerzo, se calcula que en la región metropolitana continúan funcionando clandestinamente unos cuatro mil talleres ilegales.
Desde las instituciones, la primera tarea consiste en construir buenas herramientas de intervención. El gobierno de la ciudad, la Defensoría del Pueblo y las organizaciones de trabajadores vienen denunciando estas prácticas que están saliendo a la luz y generan rechazo en la ciudadanía.
Tampoco se puede admitir el argumento de quienes tercerizan gran parte de su producción y se desentienden de la calidad del proceso productivo por comprar las prendas terminadas, ya que el derecho del trabajo establece que son solidariamente responsables.
Además de valores comunes, los derechos humanos son normas. Y si existen derechos positivos que prohíben determinadas situaciones, la opinión subjetiva y las comparaciones deben correrse a un costado.
Lo mismo ocurre con las cuestiones ambientales. Cada vez que se plantea el cuidado de la naturaleza o el ambiente, se pretende hacer entrar esa protección en franca contradicción con la necesidad de generar y conservar el empleo. Como si hubiera que elegir con un criterio de suma cero: o una cosa o la otra. No podemos darnos el lujo de abandonar ninguna de las dos tareas. Si podemos orientar las instituciones para que cumplan con estas dos misiones, ¿por qué restar?
Sin embargo, existen avances. Las investigaciones y denuncias continúan llegando a la Justicia. Por caso, la Sala I de la Cámara en lo Criminal Federal, integrada por los jueces Ballestero, Freiler y Farah, confirmó el procesamiento de dos personas acusadas por el delito de reducción a servidumbre de trabajadores textiles.
El derecho es una alquimia entre normas, hechos y valores. Nada ni nadie pueden estar por encima de la ley. La existencia de esta alquimia es sólo el comienzo para dar por tierra con una realidad que padecen hoy hombres, mujeres y niños. Por ello, es necesario que, ante hechos de tamaña gravedad, la ciudadanía se concentre y comprometa para luchar contra el trabajo esclavo.
martes, 18 de mayo de 2010
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