lunes, 8 de marzo de 2010

FRENTE AL DIA DE LA MUJER

De cada diez chicas que ingresen a la escuela, tres van a ir al secundario y sólo media irá a la universidad. ¿Para pensar no?




Se calcula que en nuestro país uno de cada seis nacimientos (son 600 mil anuales en Argentina) corresponde a mujeres de 15 a 19 años, lo que constituye un aumento notable del embarazo adolescente con sus consecuencias, una de ellas quizás la mas grave, es que el riesgo de muerte entre 2 y 5 veces mayor que en los embarazos de mujeres de 20 a 30 años.



El índice de nacimientos en menores de 19 años en nuestro país es mayor entre seis y diez veces a los registrados en España, Italia, Francia, Alemania y Canadá.



Un embarazo adolescente es traumático en la mayoría de los casos. Se anula la adolescencia y como dicen muchas especialistas es ser hijo, requiriendo por su edad una lógica contención y tener un hijo.



Según datos oficiales, los embarazos adolescentes en jóvenes de bajos recursos se dan en una proporción de 17 a 1 respecto a los de más altos ingresos.



Otra de las consecuencias del embarazo adolescente, es el abandono de la escolaridad, cuando las chicas quedan embarazadas deben asumir responsabilidades tempranamente, que, por lo general, no pueden compartir con el estudio, o se les dificulta notablemente por lo que optan por tener a sus chicos y abandonar la escuela.



En nuestro país el 70% de los padres divorciados no cumple debidamente con sus obligaciones alimentarías, si a esto se le une que en el 90% de las separaciones conyugales, los hijos quedan con la madre, estamos frente a una realidad social preocupante. Según estadísticas el 14% de las familias argentinas son monoparentales, es decir, que dos millones de chicos viven con un solo progenitor, la mayoría de las veces con la madre.



En Capital Federal las demandas anuales por padres que no cumplen el pago de la cuota alimentaría ni se hacen cargo del mínimo manutención de sus hijos crecieron desde el año 2004 en un 19%.



Muchas veces a la dilación de los Tribunales de Familia, se le une progenitores que eran profesionales o empresarios y han devenido prontamente insolventes, imposibilidades de localizar bienes o salarios sobre los cuales determinar una cuota razonable y menos aun trabar embargos ante incumplimientos.



Los índices de mortalidad materna consideran los decesos de mujeres durante el embarazo o hasta 42 días después de parto. En los países desarrollados se trata de un indicador que ronda un caso de cada mil, pero el promedio de la Argentina prácticamente cuadruplica ese valor.



Todos los especialistas sostienen que la mayoría de estas muertes son evitables, con acceso a centros de salud cercanos geográficamente, ya que los factores determinantes son y pueden ser tratados debidamente: hemorragia materna, infecciones, complicaciones del aborto e hipertensión.



Hay mucha mortalidad materna en la Argentina por dos razones: porque el sistema de salud es ineficiente y porque existe un altísimo grado de exclusión e ignorancia. Las madres se mueren por pobres.



Quienes murieron victimas de un incendio en 1908 en Cotton Textile Factory, también murieron por la misma razón.