jueves, 17 de febrero de 2011

Hernández, el poeta de la Guerra Civil, aún carga con su condena

El Tribunal Supremo español denegó ayer la autorización a los familiares del poeta Miguel Hernández (1910-1942) para interponer un recurso de revisión de la sentencia por la que fue condenado a muerte en 1940 por un tribunal franquista, informaron fuentes judiciales.




La Sala de lo Militar del Tribunal rechazó la pretensión de los familiares del poeta al considerar que, tras la entrada en vigor de la denominada Ley de Memoria Histórica, destinada a rehabilitar a las víctimas de la Guerra Civil (1936-1939) y del franquismo (1939-1975), esa condena ya fue considerada ilegítima.



El Tribunal argumentó que con la aplicación de esa norma, debido a que la condena fue por motivos ideológicos y políticos, ya ha sido “reconocida por esta ley como radicalmente injusta, y declarada su ilegitimidad por vicios de fondo y forma, careciendo actualmente de vigencia”.



Hernández, que defendió la República española en las trincheras contra las tropas franquistas, fue condenado a muerte por un delito de adhesión a la rebelión por un consejo de guerra franquista el 18 de enero de 1940, aunque posteriormente la pena fue conmutada por 30 años de prisión gracias a la mediación de sus amigos: el poeta chileno Pablo Neruda y José María de Cossío. Pero nunca llegaría a cumplir la sentencia ya que murió en la cárcel en 1942.



Los familiares del autor de poemas como “Las nanas de la cebolla” o el libro “El rayo que no cesa” habían solicitado en julio pasado al Tribunal Supremo la revisión y anulación de la sentencia dictada contra el poeta .



Los solicitantes consideraban insuficientes la Declaración de Reparación y Reconocimiento Personal del poeta que el gobierno socialista español les había entregado en marzo de 2010 coincidiendo con el año del centenario del nacimiento de Miguel Hernández.



Los familiares de Hernández querían recuperar el buen nombre del poeta alegando la aparición de nuevas pruebas como una carta de un responsable de las milicias de la Falange, el partido único durante la dictadura de Franco, Juan Bellod, favorable a Hernández.



Esta carta, que no se tuvo en cuenta en el consejo de guerra en el que se le condenó a muerte, Bellod, que conocía al poeta desde niño, afirma: “Garantizo plenamente su conducta y actuación, así como su fervor patriótico y religioso que se revela por la demás en la lectura de su producción literaria”.



El abogado de la familia Hernández, Carlos Candela, redactor de la solicitud de anulación de la condena, lamentó ayer que el Supremo haya optado por hablar de “injusticia radical” y no de “nulidad”.



“Queríamos que desapareciera la sentencia, pero no ha sido así”, dijo Candela, quien recordó que la Ley de Memoria Histórica “no abordó el problema” de la revisión y anulación de sentencias, “por lo que la única vía que nos quedaba era la judicial”.



El Tribunal Supremo español había ya rechazado peticiones similares a la planteada por los allegados al poeta como la de la familia del joven anarquista Salvador Puig Antich, ejecutado en 1974 tras ser condenado a muerte por un consejo de guerra franquista, acusado del asesinato de un inspector de policía. La Corte alegó que los consejos de guerra aplicaban el derecho entonces vigente en el país.

lunes, 14 de febrero de 2011

LA MUJER Y EL ISLAM

LA MUJER ISLÁMICA




Según el Corán, Alá concede la igualdad al hombre y a la mujer, los mismos derechos, virtudes y obligaciones.



Pero la realidad es otra, ya que en la mayoría, por no decir en todos los países musulmanes, la mujer sufre una fuerte discriminación y opresión. Alá dicta unas normas en el Corán, pero los musulmanes se toman la justicia por su cuenta. A la mujer se le prohíbe la libertad de expresión y pensamiento, están sometidas constantemente al control del hombre. Visten como manda su religión, o sus maridos y viven totalmente condicionadas e infravaloradas.



DISCRIMINACIONES



- Las hijas reciben una parte de la herencia, aunque sólo la mitad de lo asignado a los hijos.



- Las mujeres deben de ocultarse bajo el burka.



- A las mujeres les está prohibido ir en coche o pasearse a pie por los barrios, así como entrar al gran bazar y sentarse en las tiendas.



- Se les prohíbe también reunirse en grupos públicamente.



- No pueden repudiar al marido, ya que tienen que dar explicaciones, en cambio los hombres pueden hacerlo sin que ello resulte una deshonra para su familia.



- Las mujeres con menstruación no pueden entrar en las mezquitas, orar o mantener relaciones sexuales. Además no pueden leer el Corán ni tocarlo. La ropa manchada de las mujeres con menstruación es impura.



- Las niñas que tienen su primera menstruación, a partir de los 9 años son consideradas mujeres adultas, por lo que se les busca marido. La familia materna no tendrá ningún derecho respecto a la elección del marido, será la familia del hombre quien escoja una mujer. La mujer deberá acatarse a la decisión y aceptar al marido le guste o no.



- Las esposas deben aceptar a las otras mujeres de su marido en casa, ya que el matrimonio islámico es poligámico. Los hombres pueden casarse hasta con 4 mujeres.



- Las mujeres son fuertemente castigadas, incluso con tortura y muerte, por adulterio o por cualquier tipo de relación extramatrimonial, incluso estando divorciadas.



- El domicilio conyugal se convierte en lugar de reclusión y obediencia al marido.



- La musulmana debe casarse con un musulmán. No están permitidas las relaciones matrimoniales entre miembros de otra religión.



CASTIGOS QUE ESTABLECE LA LEY ISLÁMICA



- ADULTERIO: Lapidación



- PROSTITUCIÓN: Lapidación



- ASESINATO: Lapidación



- ROBO: Amputación



- BEBER ALCOHOL: Azotes y palizas



- FALTA DE RESPETO AL RAMADÁN: Flagelación (latigazos)



PAÍSES CON CASTIGOS CORPORALES



Algunos de los países donde se aplican los castigos corporales a mujeres (lapidación, flagelación, etc..) son: Arabia Saudita, Brunéi Darussalam, Emiratos Árabes Unidos, Iraq, Irán, Malasia, Nigeria, Pakistán, Singapur, Somalia, Sudán o Yemen.



BURKA, HIJAB O VELO



El burka o hijab, es un velo que cubre el pelo, rostro, cuello y en ocasiones manos también.



Es una vestimenta impuesta a las mujeres por sus maridos y en el caso de las niñas, por sus padres. Alá obliga a las mujeres creyentes a usarlo en todo momento, diciendo que éste les protegerá de posibles abusos.



Alá dice que las mujeres deben de ocultar su belleza, para evitar excitar a los hombres y que éstos no las agredan. Por lo que si una mujer es agredida sexualmente mientras no lleva el burka, ella es culpable, por mostrar su belleza y provocar a los hombres.



LAPIDACIÓN





La lapidación es la tortura que consiste en enterrar a las mujeres condenadas, en un pozo, donde se cubren hasta la cabeza y se les apedrea con piedras, ni muy pequeñas ni muy grandes (para alargar la muerte y provocar mas dolor) haciendo que sufran un increíble dolor hasta que mueren desangradas.



Las mujeres condenadas a lapidación son acusadas de haber cometido adulterio, de haber matado, o de haber mantenido relaciones sexuales fuera del matrimonio.



Si una mujer mantiene una relación sexual privada y libremente, y no lo hace con su marido, está cometiendo delito y puede ser juzgada y condenada a muerte. Es el mismo caso el de las divorciadas, que no pueden tener relaciones con nadie sin casarse de nuevo antes.



En el caso de las violaciones, la mujer violada no tiene ninguna credibilidad, necesita al menos 4 testigos presenciales del acto, y no pueden ser ni familiares ni amigos. Es decir, para que una mujer violada no sea condenada a muerte, debe ser violada en presencia de mas de 4 desconocidos y después que estos estén dispuestos a declarar a su favor.



Si la mujer violada se queda embarazada, el hijo será la prueba material del delito de adulterio y la mujer será lapidada en cuanto el bebé pase el período de lactancia.



Lo curioso es que en ningún momento Alá defiende ni la lapidación, ni flagelación, ni cualquier tipo de castigo a la mujer. Dice textualmente en el Corán: Si ella comete adulterio, perdónala.



Por lo que los musulmanes que ejecutan estas condenas están tomándose la justicia por su cuenta, creando sus propias normas y negando lo que dice Alá, a quien supuestamente siguen.



ABLACIÓN GENITAL FEMENINA



La mayoría de los musulmanes se sitúan en contra de esta técnica, pero se sigue efectuando en algunas tribus de países musulmanes (como Sudán, Egipto, etc...)



Es una forma de mutilación de los órganos genitales femeninos por razones religiosas o rituales, a menudo como parte de un rito de iniciación. La ablación genital femenina, también conocida como clitoridectomía, implica la extirpación quirúrgica de partes del clítoris y de los labios mayores y menores. También se practica a veces la infibulación, que consiste en coser los labios mayores dejando sólo una pequeña apertura por la que pueda fluir la orina y el líquido menstrual.



El clítoris es extremadamente sensible y juega un papel fundamental en la estimulación sexual femenina. Hay quien alega que su mutilación, además de presentar razones religiosas o rituales declaradas, se realiza con el fin de eliminar el deseo sexual femenino, mal visto en algunas sociedades, controlar las relaciones sexuales extramatrimoniales y obligar a la mujer a desempeñar un papel sexual pasivo.



Las mujeres que han sufrido este tipo de intervención sufren grandes dolores cuando mantienen relaciones sexuales o dan a luz. Este tipo de operación presenta ciertos riesgos, ya que al ser normalmente realizada por comadronas no cualificadas y en condiciones poco higiénicas, existe el peligro de que la paciente contraiga infecciones como el tétanos. Además, la infibulación puede producir una retención del líquido menstrual y provocar la muerte

VIENTOS DE CAMBIO EN EL MUNDO ARABE

Las rebeliones de Túnez y Egipto estimulan las movilizaciones por un cambio democrático en el país más pobre de la Península Arábiga


El mundo árabe no quiere que la revolución acabe con el derrocamiento de Hosni Mubarak en Egipto. Desea un cambio total. Si el sábado eran los argelinos los que demandaban en medio de una fuerte represión la salida del poder de Abdelazid Buteflica, ayer les tocó el turno a los los yemeníes.

Miles de manifestantes de la oposición se concentraron por segundo día consecutivo contra el régimen del presidente Ali Abdalá Saleh en la Universidad de Saná, en unas protestas alimentadas por el reciente triunfo de la rebelión de la plaza Tahrir de El Cairo.

En la marcha, que se desarrolló pacíficamente, participaron cerca de 5.000 personas reunidas en el recinto universitario de la capital de Yemen, el país más pobre de la Península Arábiga.

A pesar de que a las afueras del campus se congregaron medio centenar de partidarios del presidente Saleh, no se produjeron choques con la Policía ni entre los grupos políticos rivales.

Unos manifestantes de la oposición intentaron desplazarse hasta el Palacio Presidencial, pero los agentes les impidieron llegar hasta allí y enseguida disolvieron la protesta. No se informó de posibles heridos, pero tres periodistas que cubrían la información fueron detenidos durante varias horas.

Al igual que en la movilización del sábado y en otras de las jornadas anteriores, los manifestantes de la oposición piden la renuncia de Saleh y reformas políticas. «Ali, vete, vete», fue uno de los lemas más coreados por los opositores al régimen. «Nuestra demanda es clara: queremos cambios», gritaron también los congregados. El sábado, centenares de partidarios del presidente yemení disolvieron con armas blancas y bastones una manifestación de la oposición en el centro de Saná.

La embestida de los seguidores del mandatario tuvo lugar cuando alrededor de 2.000 miembros de la oposición, que habían iniciado su marcha en la Universidad, se aproximaron a la plaza Tahrir. Allí se encontraban unos 5.000 partidarios de Saleh celebrando un mitin de apoyo al mandatario.

Estas protestas se producen al calor de las revueltas populares que terminaron en las últimas semanas con los regímenes que encabezaban Ben Ali en Túnez y Hosni Mubarak en Egipto.

Yemen es una de las naciones de la región que más riesgos corre de que haya una grave desestabilización política. Además de la pobreza y la falta de libertades, el país está expuesto a las acciones continuas de Al Qaeda, que tiene bases en este territorio, así como a un intento de secesión del sur y a una rebelión chiita en el norte. La presión de los grupos de la oposición forzó el pasado 2 de febrero a Saleh a echarse para atrás en unas reformas constitucionales que preveía realizar para seguir en el poder.

Saleh, presidente de Yemen desde la unificación entre el norte y el sur, en 1990, ha sido reelegido en 1999 y 2006. La Constitución actual, aprobada en 1991, no permite al presidente buscar una nueva reelección en los comicios de 2013.

Por otro lado, la Coordinadora Nacional por la Democracia y el Cambio, que integra a organizaciones de la sociedad civil y partidos, convocó ayer otra marcha para el próximo sábado en Argel en demanda de la democratización del régimen de Buteflika.

VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

La violencia contra las mujeres está presente en todas las sociedades del mundo, sea cual sea su sistema político o económico. No sabe de culturas, clases sociales ni etnias. Este escándalo cotidiano se manifiesta de diferentes maneras y tiene lugar en múltiples espacios, pero tiene una raíz única: la discriminación universal que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo.




En todo el mundo, las mujeres se han organizado para poner al descubierto y combatir la violencia de género. Estos grupos de mujeres organizadas han logrado modificaciones en leyes, políticas y costumbres. Sin embargo, a pesar de estos importantes avances, en algunas zonas del mundo aún existen leyes y políticas abiertamente discriminatorias y en la práctica totalidad del planeta la discriminación “de hecho” sigue siendo una realidad.



La legislación internacional responsabiliza a los Estados de las violaciones de derechos humanos cometidas tanto por agentes estatales como por particulares. Esta responsabilidad incluye prevenir, investigar y sancionar la violencia, así como reparar a las víctimas. En Argentina, el Estado aún tiene mucho qué hacer para combatir de manera efectiva la violencia contra la mujer.

martes, 8 de febrero de 2011

VIOLENCIA DE GENERO- NO PROCEDE PROBATION

Basándose en la naturaleza y gravedad del hecho, y en la necesidad de realizar un debate para escuchar a la víctima y esclarecer los hechos, la Cámara Nacional de Casación Penal rechazó la suspensión de juicio a prueba solicitada en el marco de un caso de violencia doméstica por lesiones ocasionadas a una menor y a su madre, a la vez que remarcó que la suspensión del proceso a prueba constituiría una infracción a los deberes del Estado asumidos por la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra la Mujer.








En la causa “Calle Aliaga, Marcelo s/ recurso de casación”, fue presentado recurso de casación contra la resolución del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 8, quien no hizo lugar a la concesión del instituto de la suspensión del juicio a prueba solicitado a favor del recurrente.







El defensor particular del impuesto sostuvo que si bien el Ministerio Público Fiscal posee facultades para oponerse a la concesión del instituto de suspensión del juicio a prueba, tal facultad debe estar fundada en criterios de conveniencia y oportunidad político criminal, pero no puede estar basada en “parámetros objetivados por el legislador en la ley sustantiva (escala penal, y requisitos legales de procedencia del beneficio)”.







Tras remarcar que el representante de la vindicta pública fundó su disenso en base a “la naturaleza misma de los hechos imputados a Calle Aliaga, los que son aberrantes dada la edad de la víctima y su imposibilidad de defenderse”; además expresó que era necesaria la realización del debate “para escuchar a la madre de la víctima, y a los médicos, para esclarecer los hechos acaecidos y para establecer qué sucedía en la vivienda”, la Sala II de la Cámara Nacional de Casación Penal determinó que “resulta atendible el reclamo del Ministerio Público Fiscal en cuanto a la necesidad de un debate amplio que pueda arrojar luz respecto del suceso acriminado, cuyas características resultan del requerimiento de elevación a juici”, ya que “es una razón de política criminal que el ordenamiento jurídico deja a su criterio y que supera el análisis de logicidad a cargo del tribunal, por lo que asiste razón a éste cuando señala su carácter vinculante”.







A su vez, los camaristas entendieron que “este es un caso en el que la suspensión del proceso a prueba constituiría una infracción a los deberes del Estado asumidos por la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra la Mujer (Convención de Belém do Pará), por cuyo art. 7 los Estados “condenan todas las formas de violencia contra la mujer” y se han obligado a “adoptar, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha violencia y en llevar a cabo lo siguiente: [...] b. actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer [...] f. establecer procedimientos legales justos y eficaces para la mujer que haya sido sometida a violencia, que incluyan entre otros, medidas de protección, un juicio oportuno y el acceso efectivo a tales procedimiento””.







Los jueces remarcaron que “la suspensión del proceso a prueba es inconciliable con el deber que tiene el estado de investigar, esclarecer los hechos de violencia contra la mujer, y de sancionar a sus responsables en un juicio con las debidas garantías”, por lo que concluyeron que “la fiscalía al oponerse a la suspensión y promover la realización del juicio para escuchar a mujer, para esclarecer los hechos acaecidos, y para establecer qué sucedía en la vivienda y para pedir una condena adecuada al hecho, no sólo ha satisfecho las exigencias del fallo plenario nº 5, Kosuta, sino que se ha ajustado a las obligaciones inrternacionales asumidas por la República Argentina por el art. 7 de la Convención de Belém do Pará”, por lo que rechazaron el recurso en cuestión.

jueves, 3 de febrero de 2011

EGIPTO Y TUNEZ

Los dirigentes y la prensa occidental descubren con una azarosa inquietud que el presidente de Túnez, Ben Alí, y el de Egipto, Hosni Mubarak, eran dictadores.
Durante las revueltas en Túnez y en Egipto, Washington y los países de la Unión Europea se mostraron más preocupados por encontrar una fórmula para administrar la situación antes que tomar en cuenta la lucha que acababan de lanzar los pueblos.
 En los últimos dos días, los editoriales de la prensa europea se llenaron del calificativo “dictador”. Y sin embargo, Mubarak y Ben Alí llevaban más de una década a la cabeza de un poder represivo y dictatorial.
Frente a ellos tuvieron un bloque de países democráticos que, en nombre de sus intereses, mantuvieron una política de “mano de seda”. Esa práctica puede declinarse en otras fórmulas como “diálogo constructivo” o “diálogo crítico”, etc., etc., etc.
 La organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch denunció en un informe presentado en Bruselas esa política de tolerancia que consiste en “anteponer el diálogo y la cooperación” a todo tipo de presión pública. El abogado norteamericano Reed Brody lleva muchos años defendiendo a las víctimas de los regímenes represivos. Consultor jurídico de HRW, miembro de la Comisión Internacional de Juristas y de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, Reed Brody fue uno de los primeros en denunciar, a partir de 2004, los abusos que se cometían en la cárcel iraquí de Abu Ghraib, así como la desaparición de supuestos miembros de Al Qaida. En esta entrevista con Página/12 y con el telón de fondo de la revuelta egipcia, Reed Brody reitera hasta qué punto Occidente y hasta los países emergentes van dejando en el camino la defensa de los derechos humanos a cambio de sus intereses.




–Asistimos a una época desdoblada. Los pueblos se rebelan mientras que las grandes capitales de Occidente parecen afectadas por el síndrome del silencio, como si el desorden provocado por las demandas de libertad no les conviniera.



–Los países que antes eran los campeones de los derechos humanos, que solían hacer críticas constantes contra las violaciones, esos países se callaron. La Unión Europea, los Estados Unidos y la misma ONU. El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, se felicitó por no haber hablado de derechos humanos en China. Las voces de esos países y de esas instancias casi no se escuchan. Muchas veces dan el pretexto de que están dialogando, o que están comprometidos con ciertos principios, pero son sólo excusas para no hacer nada con respecto a los derechos humanos. Eso lo vemos mucho con la Unión Europea o con el secretario general de las Naciones Unidas. Casi nunca aprovechan las oportunidades para defender los derechos humanos. Hoy cuesta recordar la época en que las críticas a las represiones o a las violaciones eran mucho más frecuentes y hasta más normales en la vía diplomática. Hoy constatamos una actitud obsequiosa hacia muchos gobiernos autócratas a la vez que una cobardía prácticamente universal frente a la represión cada vez más fuerte de las libertades fundamentales en China. Los gobiernos ya casi no critican como antes. El afán de diálogo reemplazó a las críticas.



–Para usted, esa política de guantes de seda conduce al fracaso. El apoyo al diálogo y la cooperación con los gobiernos represivos no desemboca en cambios democráticos.



–La diplomacia silenciosa o el diálogo tienen su lugar y pueden dar frutos. Pero la mayor parte de las veces esa política sólo sirve para no incomodar, para no perturbar las relaciones comerciales, la geopolítica. Es difícil encontrar o destacar situaciones en donde la diplomacia haya dado sus frutos. Se produce más bien lo contrario.



–Con el caso del presidente egipcio Hosni Mubarak tenemos un ejemplo en primer plano de las consecuencias de esa política. Treinta años de dictadura durante los cuales los países occidentales mantuvieron relaciones como si Egipto fuese una democracia ejemplar.



–Egipto es un país que no tiene democracia, donde la tortura policial y la violencia eran sistemáticas, y que goza de buenas relaciones con los países occidentales. En este momento los países están descubriendo su propia voz. Pero durante décadas y décadas, como Egipto era un fiel aliado de Occidente en Medio Oriente, no se hablaba mucho de lo que pasaba, no se decía lo necesario. Hace unos meses, cuando Francia organizó en la ciudad de Niza la cumbre francoafricana, yo estaba allí y el presidente Sarkozy tuteaba a su “gran amigo Hosni”. Hasta hace unos pocos días, el vicepresidente norteamericano, Joe Biden, decía que Mubarak no era un dictador. Ese fue el lenguaje que se usó durante muchos años. Debo reconocer que se trata de un fenómeno que ha ido en aumento en los últimos años. La política de tolerancia hacia Egipto data de mucho tiempo pero es un buen ejemplo de cómo los países que se consideran los campeones de los derechos humanos no defienden esos derechos cuando sus intereses están en juego. Creo que se trata de una mala interpretación de lo que es la realpolitik. Se puede asumir una política internacional realista defendiendo los derechos humanos. Una China que respeta los derechos humanos va en el interés de todos. Hoy le corresponde al pueblo egipcio reclamar sus derechos. Es obvio que los otros países van a estar más dispuestos a solidarizarse con un pueblo que lucha, que reclama. Pero también es muy importante dar apoyo a quienes luchan por la democracia en los momentos difíciles. El recuerdo de la Argentina sigue patente en mí. Me acuerdo cuando Raúl Alfonsín vino a la tribuna de la ONU en Ginebra. Alfonsín agradeció a quienes no se callaron durante la dictadura, a quienes estuvieron al lado del pueblo argentino en sus momentos más difíciles.



–Esa política de mano de seda va más allá de los países de la esfera puramente europea o norteamericana. Los países emergentes no están exentos de reproches.



–Eso es un verdadero drama: países democráticos no alzan la voz para defender, para los otros pueblos, los derechos por cuya reconquista estos países lucharon durante muchos años. Muchos países emergentes carecen de una política exterior que sea el reflejo de sus valores. Pero es siempre bueno para un país ponerse del lado de la democracia, del pueblo y de los derechos humanos.